Varios estudiosos de la obra del poeta cubano José María
Heredia (1803-1839) han reparado en los equívocos que rodearon el origen y la
identidad de este escritor a mediados del siglo XIX, sobre todo en países anglófonos
y francófonos. Las traducciones de Heredia al inglés, reunidas por Ángel
Aparicio Laurencio en Selected Poems (Miami,
Universal, 1970), produjeron algunos de aquellos equívocos.
Uno de los traductores de Heredia, el cónsul James Kennedy,
que hizo versiones en inglés de los poemas “A mi esposa”, “A mi caballo” y “A
la estación de los nortes”, presentó a Heredia al público anglosajón como un
“poeta moderno de España” y le atribuyó su traducción al español de un poema de
Lord Byron. Lo mismo hizo Gertrudis F. de Vingut, la esposa del políglota, filólogo, traductor y editor Francisco Javier Vingut, quien tradujo “A la estrella de Venus”, de
uno “de los mejores poetas españoles”.
Otros traductores de poemas de Heredia al inglés y al
francés en el siglo XIX lo difundieron como un poeta mexicano, lo cual no es
incierto. El equívoco mayor, sin embargo, es el de la traducción que hiciera de
“En una tempestad” el poeta norteamericano William Cullen Bryant, quien también
tradujo la oda “Niágara”. La primera traducción de “En una tempestad” apareció,
en 1828, bajo el justificado título de “The Hurricane” –Heredia hablaba, en
realidad, de un huracán y no de una tempestad- con una inscripción que decía
“written in the West Indies”.
Bryant incluyó la traducción de Heredia en su libro The Talisman (1828), sin aclarar que el
poema original había sido escrito por el poeta cubano. Por varios años el poema
se atribuyó, pues, a Bryant, ya que los lectores suponían que el poeta
norteamericano lo había escrito durante un viaje por el Caribe. Lo cierto fue
que Bryant tomó “En una tempestad” de la edición newyorkina de los poemas de
Heredia que hizo el padre Varela.
En una edición posterior de la poesía de Bryant, en Londres,
el autor de The Death of the Flowers
reconoció que “The Hurricane” no era una composición suya: “this poem is merely
a translation from one by José María Heredia, a native of the island of Cuba,
who published at New York, six or seven years since, a volumen of poems in the
Spanish Language”.