
En los años siguientes, este escritor gallego, hecho en Cuba, acabará involucrándose fuertemente en la experiencia republicana y en la Guerra Civil que estalló en 1936. Durante esos cinco años que van de 1931 y 1936, cuando se suspende la publicación, Novás Calvo logrará cerca de 20 colaboraciones, entre traducciones, cuentos y reportajes, en la revista fundada por José Ortega y Gasset en 1923. Son conocidos, sobre todo, sus tres cuentos "La luna de los ñáñigos", retitulado luego como "La luna nona", que daría nombre a su primer volumen de relatos en 1942, "Aquella noche salieron los muertos", incluido en el mismo libro, y "En el cayo", que con el título "El otro cayo" fue incluido en su segundo libro de cuentos, Cayo Canas (1946).
Pero no fueron esas las únicas colaboraciones de Novás Calvo en Revista de Occidente, una publicación dirigida por un filósofo, que siempre publicó más ensayo que literatura. En la revista de Ortega y Gasset, Novás escribió un tipo de reportaje geográfico e histórico, que exponía una parte sustancial de su trabajo investigativo como narrador, puesto a prueba en la novela El negrero (1933). Además de notas sobre Hemingway y Faulkner o traducciones de Aldous Huxley, Novás Calvo publicó en Revista de Occidente crónicas como "Las espuelas del general Nogales", sobre el excéntrico general venezolano Rafael de Nogales Méndez que, formado en las guerras civiles suramericanas, acabó peleando bajo las órdenes del imperio otomano en la Primera Guerra Mundial y luego vinculado con los anarquistas de los hermanos Flores Magón en California y con la revolución de Augusto César Sandino en Nicaragua.
Otra nota, "Donde el Oriente se encuentra con Occidente", sobre Singapur, sostenía que algunas islas Pacífico evidenciaban un tipo de encuentro entre las civilizaciones del Oeste y el Este diferente al que había tenido lugar en América o en el Sur de España. Un tipo de encuentro "de lado", no "de tope", que restituía el verdadero sentido de una frontera cultural, en apasionada réplica de Rudyard Kipling. Otra colaboración por el estilo fue "Filipinas en vísperas", a propósito del volumen Filipinas, orgullo de España. Un viaje por las islas de la Malasia (1934), publicado tras la misión en Manila del geógrafo español Julio Palacios y el poeta Gerardo Diego. Novás Calvo reinvidicaba el mestizaje, como una marca de la colonización hispánica, y cuestionaba el intervencionismo de Estados Unidos en las Antillas y el Pacífico.
En otras notas como "El Olonés, hermano de la costa" o "A remo y vela" emergía toda la cultura marina de Novás Calvo, aunque con un énfasis anticolonial y antiesclavista, que lo mismo exploraba las aventuras filibusteras de Francois l'Olonnais que biografiaba al marino holandés Hendrik van Loon. Las Antillas, el Caribe y, específicamente, Cuba, aparecían y reaparecían en las notas de Novás Calvo para Revista de Occidente si bien el escritor gallego pudo dedicar expresamente a la isla un artículo, titulado "Los ánimos literarios en Cuba", rememoración exhaustiva de las vanguardias culturales cubanas de los años 20, hasta la desaparición de la Revista de Avance. Hoy por hoy, ese artículo de Novás Calvo, en 1933, sigue siendo una síntesis de aquella década más completa que algunas monografías sobre el tema publicadas en los últimos años.
¿Cómo llegó Novás Calvo al círculo ortegueano? Algunos estudios como el de Enriqueta Morillas son útiles pero nos dicen poco sobre el acceso del escritor gallego-cubano a la revista. En la más reciente y muy completa biografía de Ortega y Gasset de Jordi Gracia no se le menciona. ¿Por dónde llegó Novás Calvo a Revista de Occidente? Es difícil imaginar que llegara por los filósofos, tipo Xavier Zubiri, o, incluso, por los discípulos filosóficos de Ortega, tipo María Zambrano o Fernando Vela. Más probable es que el vínculo llegara por críticos o historiadores como Antonio Marichalar o por poetas, narradores y editores, bien ubicados en las redes intelectuales republicanas, como Manuel Altolaguirre o Francisco Ayala que, tras la caída de la República, marcharían al exilio.
En una carta a José Antonio Portuondo, de 1931, recogida por Cira Romero, Novás Calvo ofrece una pista. Cuenta que ha visitado la redacción de Revista de Occidente y que mientras Marichalar y Ayala lo reciben con simpatía, advierte frialdad en los "monaguillos que rodean a Ortega". En todo caso, Lino Novás Calvo debe haber sido uno de los escritores, no filósofo ni historiador, con mayores colaboraciones en Revista de Occidente en los últimos cinco años de vida de aquella importante publicación mensual, en su primera época. Hay ahí un material para antologar y estudiar, entre otras cosas, por la fuerte conexión americana que establece en el centro de las redes intelectuales españolas.