Libros del crepúsculo

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domingo, 8 de julio de 2012

El grado cero de la historia

El desarrollo de la antropología física y la medicina forense está produciendo una renovación de los estudios históricos sobre el cuerpo. Los datos relacionados con el sexo, las enfermedades, las adicciones y la muerte de actores del pasado se vuelven cada vez más transparentes gracias a la tecnología. Tecnología cara, naturalmente, que apenas alcanza para hacer estudios sobre muertes y enfermedades de sujetos principescos, como los que hace el médico francés Philippe Charlier. Habría que imaginar, sin embargo, las posibilidades de estos estudios si se extendiesen a grandes poblaciones del pasado.
Charlier ha demostrado que Agnes Sorel, la amante del rey Carlos VII, murió envenenada a principios del siglo X, y ha localizado y autentificado los restos de varios monarcas y doncellas de la corte francesa, como Carlos III, Henri II, su amante Diane de Poitiers, Enrique IV y Luis XVII. A este joven historiador médico le interesa investigar los restos alojados en tumbas de nobles franceses para extraer muestras de médula espinal y estudiar, entre otras cosas, las prácticas de profanación durante la época de la Revolución Francesa.
Uno de los hallazgos más impactantes de Charlier fue la demostración de que las reliquias de Juana de Arco, que permanecían en la arquidiócesis de Tours, y que eran veneradas en peregrinaciones de fieles y turistas, no eran de la doncella de Orleans sino de una momia egipcia. Para revelar la no autenticidad, utilizó, además de las técnicas avanzadas de la espectrometría de emisión atómica, la microscopía de electrones y las pruebas de carbono 14, el olfato de un par de expertos perfumeros de las firmas Guerlain y Jean Patou, quienes detectaron olor a queso quemado y vainilla, que indicaba un proceso de descomposición natural y no de combustión, como el que sufrió el cuerpo de Juana en la hoguera.
Ahora Charlier estudia los restos de Ricardo Corazón de León con el fin de verificar cuál de las dos tumbas de este monarca inglés y francés del siglo XII es la verdadera. En Francia hay dos tumbas de Ricardo Corazón de León, una en Fontevraud y otra, más conocida, en la catedral de Ruán. Charlier sospecha que en su investigación podría demostrarse también la causa de la muerte del príncipe, que ha sido motivo de debate entre los historiadores durante diez siglos.
Las pesquisas de Charlier llevan la historia a su grado cero: la trama de los cuerpos del pasado, sus adicciones y enfermedades, sus sexualidades y sus muertes. Una historia rústicamente física, pero que puede tener efectos desmitificadores más tangibles que el revisionismo de la historia política. Charlier no ha podido demostrar que los restos de Juana de Arco fueron desmembrados en el Sena, pero sí ha desmontado un santuario del nacionalismo católico francés.

1 comentario:

  1. Muy interesante su corto escrito.

    Eso de las prácticas de profanación durante la época de la Revolución Francesa es en parte discutible. Charlier saca a la luz los falsos restos de Juana de Arco y otros personajes célebres, pero...¿el Emperador? ¿que pasa con Napoleón? Con tantas teorías sobre su muerte, inclusive que quien murió en Santa Helena fue un criado mientras él estaba en Italia. O que fue él, sí, pero los ingleses cambiaron los restos antes de entregarlos a los franceses. No sería difícil la verificación. Están sus supuestos restos en la Iglesia de San Luis, en Los Inválidos. Se conoce donde están los restos de sus hermanos y padres. Nada tan fácil como una prueba de ADN.

    Yo soy partidario que no hagan ninguna verificación a los restos de Napoleón, y creo que el pueblo francés también.

    Saludos, Jacobo

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