Libros del crepúsculo

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sábado, 11 de mayo de 2013

El monstruo amable




El arraigo de frases admirativas como “mujer con clase” u “hombre de mundo” en el habla cotidiana de nuestras sociedades debería convencernos del triunfo del capitalismo en la cultura popular contemporánea. La lucha de clases y el nacionalismo han sido hábitos culturales de los dos últimos siglos, pero a la vuelta de la nueva centuria parecen ser menos populares que la celebración de la riqueza y el confort.
Con su obrita Relative Values (1951), tan dada a montajes y remakes en el último medio siglo, Noël Coward derrotó una eminente tradición literaria, que se remonta a Balzac y Flaubert, a Henry James y Edith Wharton y Evelyn Waugh, obsesivamente empeñada en retratar la codicia y la maldad de la aristocracia o la burguesía. Hoy, los ricos y los cosmopolitas son representados como modelos a seguir, incluso por las culturas populares de las zonas más pobres del planeta.
El capitalismo y la globalización han triunfado culturalmente. Es lo que nos dice el filósofo italiano Raffaele Simone en su libro El monstruo amable. ¿El mundo se vuelve de derechas? (2011), publicado hace meses en Madrid por Taurus, con prólogo de Joaquín Estefanía. La ganancia, el consumo y el lucro han constituido un Zeitgeist prolongado que, como un “monstruo amable”, abraza la cultura global de nuestros días.
Aún la pobreza o la desigualdad, en manos de ese monstruo amable, se vuelven marcas de la moda flapper o camp. En los dos últimos siglos –piensa Simone siguiendo a tres pensadores disímbolos: el liberal Alexis de Tcoqueville, el conservador José Ortega y Gasset y el comunista Pier Paolo Pasolini- el capitalismo ha producido una mutación antropológica, contra la que no parece haber escapatoria o antídoto eficaz. Tiene razón Simone cuando asegura que incluso el marxismo o el comunismo han sido colonizados por ese monstruo amable, pero yerra al encapsular a este último en “la derecha”.
El filósofo italiano desconfía de los discursos anticapitalistas, cobijados por liderazgos de la izquierda europea o latinoamericana y sus expresiones sobre los gobiernos de  Cuba, Venezuela, Bolivia o Ecuador son severas. No encuentra Simone anticapitalismo ahí: a lo sumo usos y administraciones del capitalismo por parte del Estado o de una élite del poder que no se distingue, en modo alguno, de la forma de vida capitalista y tecnológica de nuestros días.
Pero, como advierte en su reseña para Nueva Sociedad José Fernández Vega, Simone se equivoca al identificar conceptualmente el capitalismo con la derecha. Desde mediados del siglo XIX hay izquierdas capitalistas y hoy son esas las izquierdas predominantes, ya no en el mundo sino en el Tercer Mundo. El sentido geográfico o meramente  físico de la localización de las derechas y las izquierdas, en cada nación del planeta, se pierde en la formulación de esa otra variante del “pensamiento único”.

  

3 comentarios:

  1. Esas izquierdas "capitalistas" lo son en el sentido de la teoría de Wallerstein? O solamente se trata del modo de vida?
    Un saludo

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  2. La crítica de Fdez Vega se refiere, por un lado, al hecho de que hay izquierdas liberales o socialdemócratas desde fines del siglo XIX, por un lado, y al hecho de que no se puede negar el estatuto de "izquierda" a líderes y gobiernos como los de Fidel Castro, Raúl Castro -estos dos, bastante distintos- Chávez, Morales o Correa, que han compartido proyectos anticapitalistas, aunque los tres últimos de un modo más discursivo que práctico. Ahí estaría el punto más débil del ensayo de Simone: la identificación entre capitalismo y derecha. En cada país, la tensión derecha-izquierda subiste, aún cuando todo el campo político esté a favor de diversas modalidades de la economía de mercado. Y esas tensiones liberan conflictos sociales reales.

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  3. si el mundo se vuelve de derechas me tiro por la ventana

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