Libros del crepúsculo

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miércoles, 26 de enero de 2011

La noble democracia de Rubén Martínez Villena

En su apresuramiento por llegar al pasaje en que pedía una “carga para matar bribones”, los ideólogos y los burócratas no leen los primeros versos del "Mensaje lírico civil" (1923) de Rubén Martínez Villena, el conocido poema dedicado al poeta peruano, José Torres Vidaurre (1901-1979). Este último, descendiente de un viejo linaje republicano andino, al que perteneció el gran pensador limeño, Manuel Lorenzo de Vidaurre, había pasado una temporada en La Habana, donde colaboró en la revista Social y comenzó la redacción de algunos de los poemas que conformarían su Romancero criollo (1935), suerte de ejercicio lorquiano desde los Andes.
En Madrid y en París, durante los años 20, Torres Vidaurre entró en contacto con Juan Ramón Jiménez y, por supuesto, con Lorca, pero también con la poesía suramericana de vanguardia, especialmente con su compatriota César Vallejo y con el chileno Vicente Huidobro. Pero la poesía y la prosa de Torres Vidaurre se mantuvieron fieles a aquella adaptación criolla del romance lorquiano, que comenzó a experimentar desde que, en la Habana, colaboraba para la revista dirigida por Emilio Roig de Leuchsenring.
Martínez Villena, que conoció a Torres Vidaurre durante la estancia habanera de este, le envía el "Mensaje lírico civil", como una suerte de epístola versificada en la que narra la compra del Convento de Santa Clara por el gobierno de Alfredo Zayas. El Estado, según Martínez Villena, era un “comerciante necio”, que en un acto de corrupción había tratado de comprar el edificio “al triple del verdadero precio”, lo que provocó una movilización pacífica de un grupo de intelectuales, conocida como “La protesta de los 13”, además de una demanda judicial, que lo llevó a la cárcel, desde donde escribió el citado poema.
Cuando Martínez Villena escribió el "Mensaje lírico civil" no era todavía comunista y, de hecho, el partido de cuyo Comité Central sería miembro aún no había sido fundado. Desde una perspectiva doctrinal de la política, las acciones contra el gobierno de Zayas que emprendía el joven abogado se apegaban a la Constitución de 1901, que era respetada y admirada por su mentor, Fernando Ortiz, en cuyo bufete trabajaba desde que se graduó de Derecho en La Universidad de la Habana, en 1922. Tal vez esa ideología originalmente republicana de Martínez Villena explique estos versos que burócratas e ideólogos no citan:

“Tenemos el destino en nuestra propias manos
y es lo triste que somos nosotros, los cubanos,

quienes conseguiremos la probable desgracia,
adulterando, infames, la noble Democracia...”

14 comentarios:

  1. Buen recordatorio, Rafa. Enlazo tu artículo en mi Twitter.

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  2. Cómo se pueden cambiar de contexto las palabras escritas, ya sea en prosa o en verso. Es una manipulación que no comparto.
    Gracias, Rafa, por refrescar la memoria en este post.
    Saludos.

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  3. Gracias, Daína, gracias, Zoe, lectoras de lujo. Saludos, R.

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  4. Me pregunto: ¿Qué habrá convertido a Villena en el comunista que fue? Tal parece que, paradójicamente, la "respetada y admirada" Constitución, que no pudo impedir la obscena dictadura de Machado, influyó en la metamorfósis del autor de La pupila insomne. A veces nos perdemos en estas rebusacadas y a la vez obvias manipulaciones, para acotejar y barnizar la historia a nuestra manera o como queremos. Típico de historiadores que nos son capaces de reconocer la falsedad y la mediatización de la República de 1902.

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  5. Quien respetaba y admiraba a la Constitución de 1901 era Fernando Ortiz. Pero incluso éste, cuyo pensamiento estaba consonancia son el liberalismo de aquel texto constitucional, era crítico de la Enmienda Platt y de la injerencia de Estados Unidos en Cuba. No conozco ningún historiador cubano serio que niegue la limitación de la soberanía -no la "falsedad"- que implicaba aquel orden constitucional.
    Rubén Martínez Villena era crítico del plattismo desde su etapa precomunista. De hecho, en el mismo "Mensaje lírico civil" (1923) cuestiona varias veces la injerencia norteamericana. De ahí que no sea ese aspecto, como sugiere el anónimo, el que decidió su radicalización -que no "metamorfosis"- comunista. Tampoco habría que ignorar que muchos comunistas cubanos y latinoamericanos de la primera o la segunda generación del siglo XX tuvieron elementos liberales y republicanos en su pensamiento político.
    La idea de que la Constitución de 1901 fue la responsable de la dictadura de Gerardo Machado, cuya "prórroga de poderes" en 1928 fue, precisamente, un abandono del orden constitucional de 1901, me parece sumamente cuestionable. Los responsables de las dictaduras son los dictadores.

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  6. "Limitación de la soberanía" o injerencia intestinal en la política de Cuba? Se le puede llamar "limitación de la soberanía" a las bases militares de Guantánamo y Bahía Honda? Vaya eufemismo. Yo sí conozco a varios historiadores que entre sofisticadas sutilezas le lavan la cara (mediante una lavandería histórica)a ese periodo de la historia cubana. Y por último, eso de que "los responsables de las dictaduras son los dictadores" me parece de un simplismo galopante. Tal vez por esa razón los cubanos llevamos más de cinco siglos culpando a Castro de todos nuestros males.

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  7. En el comentario anterior quise escribir... más de cinco décadas. Gracias.

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  8. Soberanía limitada e injerencia en asuntos domésticos de Cuba y América Latina eran términos que usaban el propio Ortiz y el propio Martínez Villena. Nada de lavandería histórica. Visión compleja, no maniquea ni estereotipada del pasado.
    Los máximos responsables de una dictadura son quienes la imponen. Culpar a constituciones como la del año 1 o el año 40 de no haber impedido las dictaduras es el verdadero "simplismo galopante", ya que esas constituciones fueron, precisamente, violadas por Machado y batista para perpetuarse en el poder.

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  9. Sin embargo, Machado fue reelecto en elecciones a pesar de haber violado la Constitución. Además, usted obvia las cusas de todo tipo que hacen posible una dictadura.

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  10. No estamos hablando de causas sino de responsabilidades. Usted fue quien introdujo el tema al afirmar que la Constitución había permitido la dictadura. En todo caso, en eso tiene razón, las dictaduras tienen muchas causas y aquellas constituciones que no garantizan mecanismos para evitar el autoritarismo son más vulnerables.

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  11. Pues muchas gracias por darme la razón. Ha sido un placer este intercambio.
    Saludos

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  12. Además de causas, hay que hablar de culturas. El mesianismo arraigado en la cultura cubana y la falta de respeto de todos hacia los procedimientos democráticos han alentado la preferencia por los "hombres fuertes" que van a solucionar todos los problemas con su inspiración. Hasta que los cubanos no profesemos una "religión" civil seguiremos siendo un pueblo de esclavos de nuestros propios monstruos. Desgraciadamente, M. Villena no pudo hacerlo tampoco, aunque puede ser que lo haya considerado en un momento, como vemos en el poema.

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  13. Soy nieto de Jose Torres de Vidaurre a quien le fuera dirigido el célebre Mensaje Lírico Civil.
    Sr. Rojas debo agradecerle por la mención que hace usted de este bardo peruano quien tenía gran amor por esa tierra de Martí que lo albergó en sus años juveniles a la cual le dedicaría su "Oda a Cuba" en 1921.
    Encontré su blog de casualidad y me gustó mucho...lo pienso seguir... Felicidades

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  14. A mí me ha gustado la nota...esclarecedora y sencilla.Oía hablar tanto de ti,en Cuba,sin poder leerte,que cuando llegué a México,entre las primeras cosas que hice fue buscar lo que publicabas y seguirte o comprar tus libros.Muchas gracias

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