Libros del crepúsculo

Libros del crepúsculo

domingo, 22 de diciembre de 2013

Música y libertad

Adam Gopnik vuelve en el último The New Yorker al complicado tema de la relación entre música y libertad. Comienza citando al historiador John Lukacs, quien en un ensayo sobre el mundo de la segunda postguerra señalaba que la música americana de los 30, 40 y 50, especialmente el jazz, se convirtió en la banda sonora del antifascismo. Juicio que, como es sabido, contraría la idea de Theodor Adorno de que, por su rítmica monotonía, el jazz establecía conexiones con la cultura fascista.
Gopnik prefiere, desde luego, la versión de Lukacs y extiende esa interpretación antitotalitaria de la música norteamericana a los años 60 y 70, a través del rock and roll. Dice que si bien no se puede negar que haya habido nazis fans del jazz, es indudable que el rock and roll fue el principal referente musical de las revoluciones democráticas contra el comunismo, en Europa del Este, durante los años 80. La herencia del jazz en el rock and roll es bastante reconocida, pero Gopnik la rastrea a través de la relación no tan difundida de los Beatles con Duke Ellington.
A partir de la reciente aparición del primer volumen, Tune In, de la monumental biografía de los Beatles de Mark Lewisohn, Gopnik sostiene que la principal deuda de los jóvenes de Liverpool con el jazz no fue, como generalmente se piensa, Chuck Berry o cualquier otra figura del blues, sino Duke Ellington. Antes de cumplir 20 años, Lennon y McCartney habían escuchado y admiraban los principales álbumes de Ellington, editados por RCA Victor o Columbia Records, como  Such Sweet Thunder y Black, Brown, and Beige. El editor William Shawn lo dice de forma contundente:

"You can't talk about the Beatles without mentioning the transcendent Duke Ellington. They are off by themselves, doing their own thing, just as Ellington always has been. Like Ellington, they're unclassifiable musicians".



1 comentario:

  1. Estimado Rafael Rojas, como visitante asiduo de su blog y seguidor de su obra literaria, desde hace años; permítame asomarme a esta ventana para desearle lo mejor de lo mejor para el nuevo año 2014.
    ¡¡Por muchos años, por muchos libros!!
    Un abrazo.

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