Libros del crepúsculo

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lunes, 11 de diciembre de 2017

Desiderio Navarro y la teoría cultural en Cuba



La muerte de Desiderio Navarro obliga, por una elemental cortesía cívica, cada vez menos frecuente en una esfera pública tan envilecida como la cubana, a agradecer la existencia del proyecto de la revista y el centro Criterios. Es algo que, en este blog, hicimos varias veces, en vida del importante crítico y traductor cubano, a pesar de las conocidas diferencias que supimos sobrellevar. Pero también exige, en honor al irreductible criticismo de Navarro, pensar históricamente los límites ideológicos de aquel proyecto. Y cuando digo "ideológicos" no me refiero, por supuesto, al predominante marxismo de la revista sino al tipo de marxismo o, más específicamente, al tipo de relación con el sistema político de la isla que propiciaba aquel marxismo.
Navarro insistió siempre en que su proyecto seguía una línea de continuidad con la revista Pensamiento Crítico entre fines de los 60 y principios de los 70. Pero la zona crítica que abrió Criterios, en el campo intelectual cubano, sobre todo, a partir de los 80, tenía muy poco que ver ya con el horizonte de la Nueva Izquierda (Guevara, Sartre, Althusser, Marcuse, Thompson,  Hobsbawm, el Black Power, la descolonización, las guerrillas, el nacionalismo revolucionario...), que suscribió la revista dirigida por Fernando Martínez, también fallecido este año. El valor distintivo de Criterios fue conectar a la Cuba de los 80 con las ideas estéticas de Europa del Este (Stefan Morawski, Moisei Kagan, Yuri Lotman y la Escuela de Tartu...), lo cual contribuyó a dotar de un espesor teórico peculiar al postmodernismo cubano.
Otra gran diferencia entre Pensamiento Crítico y Criterios fue el destinatario: el público o el sujeto político al que se dirigía el corpus traducido. La revista de Fernando Martínez estaba fundamentalmente dirigida a la máxima dirigencia del país, a la franja más ideologizada de la intelectualidad y a la red de solidaridad con la Revolución Cubana en la izquierda occidental. La de Desiderio Navarro estuvo prioritariamente dirigida a la comunidad cultural joven de la isla: a artistas y escritores, dramaturgos y cineastas, críticos y profesores. Criterios fue, entre todas las publicaciones culturales cubanas del periodo revolucionario, la más útil y, de hecho, la menos ideológica y propagandística, porque se trazó como finalidad ilustrar estéticamente la vida artística en la isla.
En contra de la mecánica descalificación del pensamiento postmoderno, que emprendió la burocracia cultural cubana en los 90, Desiderio Navarro, a pesar de algunos prejuicios documentables sobre el arte y el teatro más joven, decidió ir a contracorriente y dedicó varios números de la revista -el 32, por ejemplo, de 1994, con textos de Bourdieu, Barili, Foster, Marin, Flaker y Sanders-, a reconstruir con mayor pluralidad el campo de la filosofía post-estructuralista y postmoderna, un esfuerzo que, en buena medida, concluyó en el volumen El Postmoderno, el postmodernismo y su crítica (2007). Fue entonces, en la llamada "cuarta época" de la revista, que Navarro comenzó a desplazarse más claramente hacia el pensamiento occidental, como muestran sus traducciones de Bourdieu y Foucault, pero también su aproximación a los enfoques postcoloniales y subalternos, a la obra de Edward Said y Zygmunt Bauman.
Durante toda aquella etapa, especialmente en la primera década de este siglo, Navarro colocó en el centro de la publicación temas fundamentales de la realidad de la isla como el racismo, el mercado y, sobre todo, la esfera pública y el papel del intelectual. Tópicos que informaban su propia obra crítica, como se lee en el ensayo "In medias res públicas" (2002), uno de los primeros textos publicados en la isla que planteó, como problema, la legislación hermenéutica y fáctica del discurso "Palabras a los intelectuales" (1961) de Fidel Castro sobre la libertad de expresión en Cuba. La burocracia cultural cubana, que toleró a Navarro, nunca ha asimilado plenamente las tesis expuestas en ese ensayo y se mantiene dogmáticamente fiel al mítico discurso del líder.
El proyecto de Criterios, sin embargo, operaba por medio de intervenciones laterales u oblicuas, que le impedían contrarrestar eficazmente el dogmatismo ideológico de la burocracia. Al intervenir, siempre, desde los referentes teóricos, Navarro lograba participar en la articulación de poéticas artísticas y en políticas intelectuales de grupo, pero muchas veces su mensaje era instrumentado por el poder. Sucedió en 2007, con las conferencias que siguieron a la "guerrita de los e-mails" y en los últimos años, en números como el 35 y el 36, que se aproximaron de manera sesgada al neomarxismo. Navarro logró traducir a Boris Groys y a Ovidiu Tichendeleanu, pero dejó fuera de la estrategia de traducción de Criterios una importante zona del neomarxismo que podía contribuir a pensar y criticar el nacionalismo post-comunista en Cuba.
Discutimos, en privado, electrónicamente o en persona, las últimas veces que nos vimos en México, estas objeciones que aparecen en mi libro El estante vacío (2009). Y discutimos también su equivocada identificación entre capitalismo, mercado y neoliberalismo, que, como advirtiera el economista Pedro Monreal en artículo para Cuba Posible, lo llevó a compartir las posiciones del ala más ortodoxa y contrarreformista de la oficialidad cubana, a la que se había enfrentado, en más de una ocasión, en los 90 y los 2000. Con todo, creo que el saldo de la valiosa labor de traducción y difusión teórica de Desiderio Navarro, a la que deberán dedicarse estudios más reposados, fue positivo para la vida cultural cubana.


38 comentarios:

  1. "Y discutimos también su equivocada identificación entre capitalismo, mercado y neoliberalismo..." Qué osadía la suya, por no usar la palabra arrogancia, que se permite tildar de equivocada la diferencia de percepción, la diferencia de criterio. Hay una realidad palpable: Desiderio Navarro, o fue más lúcido que usted a la hora de identificar la relación de todo lo concerniente al capitalismo y su devenir; o simplemente fue más honesto que Rafael Rojas. Quizás, incluso, ambas cosas.

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  2. Toda diferencia de opinión se basa en el señalamiento de errores. Pero su comentario, anónimo de siempre, sí que es una buena muestra de intolerancia a la diferencia. Para Ud. en un debate hay, de un lado, lucidez y honestidad, y del otro, mentira e ignorancia. Creo que Desiderio no habría estado de acuerdo con esa visión maniquea de la esfera pública, por más que ahora Ud., y otros como Ud., alineados en lo más reaccionario del oficialismo cubano, quieran apropiarse su legado.

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  3. Ahora también resulta que yo estoy "alineado a lo más reaccionario del oficialismo cubano". A Ud. no le basta con deslustrar la diferencia de opinión, sino que además se arroga el derecho de acusar y encasillar a los que discrepamos de sus sentencias. ¿Dónde leyó Ud. en mi comentario anterior alusión alguna a la "mentira e ignorancia"? Debería Ud. hacer un esfuerzo y no tergiversar las opiniones ajenas. Y deje por favor de dar lecciones (esas sí maniqueas) sobre la esfera pública. No hay esfera pública más corrupta, envilecida e idiotizada que la del país donde Ud. reside.

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  4. Ud. es un anónimo constante y reconocible en estas páginas por su lenguaje saturado de adjetivos y calificativos. Y por supuesto que está alineado con la parte más intransigente del oficialismo. O tengo que recordarles sus artículos en La Jiribilla y sus comentarios en Cuba Posible. En su comentario hay alusión a la mentira y la ignorancia toda que vez que se jerarquiza quien es más "honesto" o más "lúcido". Lo suyo, como lo de todos los "batalladores de las ideas" es siempre jerarquizar, poner a unos por encima de otros. Y en cuanto a la esfera pública mexicana, que conozco mucho mejor que Ud., no viene al caso. Esa es la misma técnica oficialista de encubrir el crecimiento de la pobreza en Cuba con el estado de la desigualdad en América Latina o la falta de libertades con el embargo de Estados Unidos. Son demasiado predecibles ustedes.

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  5. Como siempre sucede, el anónimo asignado a estas páginas, elude la discusión conceptual. En vez de argumentar por qué, a su juicio, mercado, capitalismo y neoliberalismo son la misma cosa, en contra de todo lo que escribieron Adam Smith o Karl Marx, prefiere pontificar sobre quién es más honesto o más lúdico o invalidar lo que alguien piensa por su país de residencia. Si así fuera nadie tendría derecho a opinar nada porque no hay país, en el siglo XXI, que se libre de los gravísimos problemas de la globalización.

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  6. Vamos por parte. Le rectifico: soy, en todo caso, un "anónimo" ocasional, no constante. Y escribo la palabra entre comillas porque Ud. bien sabe que mi intención, cuando discrepo, no es ocultar mi identidad; se trata más bien de reserva... una suerte de recato. Con que Ud. me identifique me basta. ¿Tiene usted algún problema con la posibilidad de intimidad que ofrece el anonimato? Respecto a mis artículos en La Jiribilla, Rebelión, entre otros, siempre han estado en sintonía con mi sentir personal y alineados a mis más profundas convicciones. ¿Cuál es el problema con ellos y con mis comentarios en Cuba Posible? A mí particularmente me reconforta que a Ud. no le gusten; eso es un buen indicador. Llevo 27 años viviendo fuera de Cuba y, desde entonces, me he enfrentado, en ocasiones, a los estalinistas y a la ortopedia ideológica instaurada desde 1959. Me enfrento también a los oportunistas, como usted, que tratan de reducir la problemática cubana a una entelequia académica con la brújula siempre orientada a los poderes globales. Viví en México en el año 1991 y conocí de primera mano el miasma de la sociedad civil mexicana y el repugnante mundillo de la burguesía blanca que en Ciudad México tiene su morada. De manera que algo sé de esa esfera pública que Ud. bien conoce. No apelo a ninguna "técnica oficialista" para denunciar, a mi manera, la injusticia donde quiera que exista. Le digo más: soy de la convicción de que, lamentablemente, el gobierno totalitario instaurado en Cuba en 1959, es lo menos malo para el pueblo cubano. Es una suerte que la corriente ideológica a la que usted pertenece, no haya podido imponer sus patrañas edulcoradas en la sociedad cubana. Al igual que Ud., conocí personalmente a Desiderio Navarro, y ratifico de que fue un intelectual con una estatura moral muy superior a la de usted. Es por eso que me resulta chocante su altanería y su pretensión de empeñar el vidrio.

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  7. Sigue desviándose del debate conceptual que, por cierto, nunca rehuyó Desiderio Navarro, que es el tema del post, no Ud. o sus complejos de identidad o anonimato. ¿Por qué, a su juicio, son lo mismo mercado, capitalismo y neoliberalismo?

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  8. El origen de la discusión fue su postura arrogante de tildar de equivocada una opinión diferente a la suya. Por otro lado, ¿por qué Ud. asume que yo estoy en la misma línea de Desiderio Navarro, a ese respecto? Por supuesto que tengo muy bien definidas mis opiniones sobre el tema; está muy claro en que devino la utópica esperanza (teórica) de Smith sobre la pequeña propiedad privada y la no participación o influencia de los pequeños propietarios como actores políticos. Como también está muy claro qué pasó con el supuesto Contrato Social de Rousseau. Todo el ideario de Rafael Rojas está condicionado y secuestrado por el pensamiento occidental y, en gran medida, por el eurocentrismo que tan acertadamente denunció Desiderio Navarro. Dicho esto, le pregunto: ¿qué pruebas tiene Ud. de que yo estoy asignado por el gobierno cubano para discrepar en su blog? Su actitud deja algunas evidencias medulares: Usted es un difamador que, cuando se le increpa, actúa y reacciona de la misma manera que los recalcitrantes que tanto critica. Por otro lado, le recomiendo no creerse tan importante. No creo que el gobierno cubano se tome la molestia de asignarle a su blog un comisario de la cultura, de esos que usted muy bien conoce.

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  9. No hay arrogancia ninguna en señalar un error y sus respuestas demuestran un conocimiento muy limitado del pensamiento económico. Ni en "La riqueza de las naciones" ni en "La teoría de los sentimientos morales" de Smith hay nada que tenga que ver con el tema de los "pequeños propietarios como actores políticos". Y qué pasó con el "Contrato social" de Rousseau? pues que fue uno de los grandes ensayos de filosofía política de la época moderna. Lo que Ud. piense sobre "todo el ideario de Rafael Rojas" me tiene sin cuidado. El lector de estas páginas, por suerte, siempre podrá leer mis libros sin necesidad de que un juicio como el suyo lo impidan. No me creo importante, pero me consta que quienes piensan y hablan exactamente como Ud. me han estigmatizado. Típico de los difamadores asumirse como difamados. Pero al final, en qué quedamos, entonces no son lo mismo mercado, capitalismo y neoliberalismo? Entonces Desiderio Navarro estaba equivocado en ese punto?

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  10. Desiderio Navarro tenía sus opiniones, usted las suyas y yo, aunque "limitadas", las mías. El señalar, como usted hace con arrogancia, que por ser diferentes están equivocadas y por tanto convierte, de facto, a Desiderio Navarro en cómplice "del ala más ortodoxa y contrarreformista de la oficialidad cubana" y a mí en un agente "asignado" del gobierno cubano, denota su incapacidad para reconocer el derecho del otro a disentir. Es una muestra fehaciente de su intolerancia y de que, a pesar de los años que reside fuera de Cuba, haciendo una farisea lavandería histórica, Ud. no ha logrado sacudirse el germen incubado de aquellos tiempos en los que hacía una apología vehemente del ideario y la figura del Che Guevara.

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  11. En ningún momento he usado las palabras "cómplice" ni "agente del gobierno". Es lógico que Ud. las use porque así se habla en su reino maniqueo. Señalar que alguien está equivocado no es intolerante. Intolerancia es criminalizar al que piensa diferente, estigmatizarlo, llamarlo "anticubano" y, eventualmente, encarcelarlo, marginarlo o borrarlo de la historia oficial. Intolerante, típico de la derecha anticomunista de la Guerra Fría, también es derivar del origen ideológico de cada quien una tendencia irrremediable hacia la intolerancia como hace Ud. Es cifrar en el origen un designio malvado, como hacían los macartistas en Estados Unidos. En ese punto, además de tanta infamia, Ud. demuestra bastante desinformación porque yo sigo admirando muchos aspectos de la biografía y el pensamiento del Che Guevara, otros no, como se puede comprobar en este blog. Con sus comentarios Ud. me convence de la perfecta sintonía que están alcanzando el castrismo más conservador y el viejo anticomunismo exiliado.

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  12. Esa admiración que aún profesa explica en gran medida sus posturas Por cierto, ¿cúal viejo anticomunismo exiliado? ¿Se refiere Ud. al grupito de la burguesía trasnochada que patrocina y asiste a sus conferencias en la Casa Bacardí? Debería Ud. mostrar más respeto y agradecimiento por esas personas

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  13. Señalar que alguien está equivocado por pensar diferente es, en primer lugar, mala educación... además de intolerancia.
    Un saludo cordial,
    del anónimo ocasional

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  14. Lo que admiro del Che Guevara fue su crítica al modelo soviético, a la burocracia y su defensa de la autonomía de intelectual bajo el socialismo. No sus fusilamientos. Y en cuanto a las conferencias en el Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos, invitado por la Universidad de Miami, hay una que lleva por título "Breve historia de la infamia en Cuba", donde se critica tanto la intolerancia del gobierno cubano como la del exilio. Sus comentarios insidiosos en este blog demuestran que Ud. comparte ambas intolerancias, porque a la hora de estigmatizar al que piensa distinto poco importan las ideas.

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  15. Mala educación, mal gusto e, incluso, indecencia es aprovechar un comentario sobre la muerte de un intelectual admirado para descargar rencores e insidias contra el autor de la nota. El que ha fallecido se vuelve pretexto para la causa estrecha de un panfletista anónimo, que, en el fondo, sólo puede pensar en blanco y negro, como el viejo cine, aunque sin la velocidad de sus personajes.

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  16. Estimado Rojas, nada de lo que ha escrito en el comentario anterior se ajusta a mis intenciones y mucho menos a mis necesidades. No se aflija; no hay nada personal en los señalamientos. Deje Ud. de utilizar la muerte de un intelectual para regodearse en su egocentrismo.
    Le reitero mis saludos

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  17. Aquí el único ha usado la muerte de Desiderio Navarro para su egocentrismo es Ud. Yo escribí un post en un blog personal sobre alguien a quien admiré, en medio de diferencias que expuse honestamente. Ud., en cambio, interfiere en esa relación con comentarios maniqueos, desxalificadores e insidiosos. Lo que me impresiona de su egocentrismo es su estrechez y su inutilidad. Ud. aprovecha el duelo para hacer veredictos y dictámenes, que sólo tienen sentido para Ud.

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  18. A mí, sin embargo, me llama la atención que usted le dedique tanto tiempo y espacio a mi "estrechez e inutilidad". Todo apunta a que su incoherencia no tiene límites. Es por eso que para Ud. hay un Che bueno y otro malo y que además le cobra al "viejo comunismo exiliado" por sus conferencias, mientras por otro lado lo critica y compara con el extremismo comunista. En fin...

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  19. ... O quizás sea usted un masoquista patológico. En ese caso le recomiendo que vea a un especialista.

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  20. Yo no tengo nada que cobrarle al "viejo comunismo" ni al "viejo anticomunismo" exiliado. A mí no me pagan por las conferencias que imparto en universidades de Miami, FIU o UM, o de cualquier otra ciudad de Estados Unidos. Si acaso, boleto y hospedaje, y no siempre, porque tengo recursos propios como académico en México, después de 27 años. Si va a acusarme algo, hágalo directo, con pruebas y, por favor, con nombre propio.

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  21. Le deseo salud y suerte. Y hasta la próxima caricatura, como decía la traducción mexicana de The Huckleberry Hound Show.

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  22. Gracias por la recomendación psiquiátrica que le transfiero porque en este blog, durante más de ocho años, Ud. sólo ha tratado un tema: yo y mi reputación. También le reitero que haga las acusaciones con pruebas y con nombre propio.

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  23. Creo, con mucha humildad, que mis discrepancias han contribuido de alguna manera a sacarle, un poquito, el antifaz.

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  24. Sus insidias, que no discrepancias, sólo han servido para retratarlo a Ud. como una persona obsesionada con la reputación de otra. Lo único que Ud. ha dicho en claro aquí es que señalar que otra persona está equivocada es "arrogante" e "intolerante" y eso no es cierto. Lo demás son insinuaciones, que demuestran su cobardía e indecencia por hacerlas sin prueba, sin nombre propio y en el lugar inadecuado.

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  25. Le advierto algo: si vuelve a mencionar la palabra cobardía me voy a ver en la obligación de retarlo a duelo. Algo extremo y que creo evitable. Por si acaso, y se llega a consumar el duelo, le recomiendo escoja pistola, porque la esgrima fue el primer deporte que practiqué y aún soy bastante avezado con la espada.

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  26. Insinuaciones, acusaciones, amenazas, anomimato: cobardía.

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  27. Listo, escoja fecha y lugar.

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  28. Escoja un lugar neutral, y si no tiene dinero para el pasaje yo se lo pago, con mucho gusto. Invertí hace un tiempo en el bitcoin y... mire usted.

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  29. Le rectifico sin ánimo de continuar el debate. Sólo para demostrarle otro de sus erróneos dictámenes.

    A propósito de Smith en La riqueza de las naciones. "Los ricos, particularmente, están interesados en apoyar el orden que pueda asegurarles la posesión de sus propias ventajas... El gobierno civil, en tanto, es instaurado para asegurar la propiedad, está en realidad instituido para la defensa del rico contra el pobre, o de quienes tienen alguna propiedad contra quienes no tienen ninguna� (RN, 715).
    Para Smith, como bien señala el profesor Edgar Pardo Beltrán en su ensayo La pobreza en Smith y Ricardo, la inequidad es el resultado de un convenio social entre los propietarios privados y los líderes políticos en donde se legitiman los intereses de los primeros. Más aún, en una sociedad mercantil, tal acuerdo fundamental, en donde lo político se supedita a lo económico, es el que determina el proceso de acumulación de capital y la manera en que el excedente social será repartido.

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  30. ¿Y qué tiene que ver eso con el tema de los "pequeños propietarios como actores políticos", que Ud, atribuyó nada menos que a Adam Smith? El libro de Smith, originalmente titulado "Investigación de la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones" (1776), arranca con la división del trabajo, luego pasa al origen de la moneda, después a los precios y salarios, a la renta de la tierra, los valores del oro y la plata, hasta alcanzar una descripción integral de aquel primer capitalismo -muy diferente al de ahora, por cierto- en la agricultura, el comercio y la industria. Estoy seguro de que el término "actor político", bastante reciente en las ciencias sociales, no se encuentra en el texto de Smith. Ud., sencillamente, desconoce la obra de Smith y está copiando y pegando de algún trabajo escolar sobre el tema, de un académico admirador del economista colombiano Edgar Pardo Beltrán, que estudió la cuestión de la pobreza en A. Smith y D. Ricardo. Y, por cierto, ¿dónde está esa "crítica al eurocentrismo" de Desiderio Navarro, de la que Ud. habla, si la mayoría de los autores que él publicó en Criterios eran europeos, del Oeste o del Este? ¿Dónde están los pensadores chinos, indios, japoneses o africanos en la revista Criterios? Ud., sencillamente, no es serio en el debate.

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  31. Pues tiene que ver y mucho. Lo que sucede es que lo pongo en mis propias palabras y no repito como un loro, al pie de la letra, como hace usted, que siempre anda desbordado de citas y aportando muy poco de su propia cosecha. Usted, como intelectual orgánico que siempre ha sido, además de fiel servidor del corporativismo neoliberal actual, se pierde en una retrospectiva teórica que evade la realidad del contexto político actual: la dictadura del mercado global. Y busque bien, que encontrará la crítica que hiciera Desiderio Navarro acerca de la necesidad de descolonizar el pensamiento latinoamericano de sus lastres eurocentristas. ¿Qué sabe usted acerca de lo que yo conozco o desconozco? ¿Qué sabe Ud. acerca del saber, más allá de su pretensión de erudición? Usted lo que demuestra todo el tiempo es una orfandad espiritual y una pobreza de saber real, que me provoca una gran pena.

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  32. Debería usted leer“ el ensayo de Desiderio Navarro Eurocentrismo y antieurocentrismo en la teoría literaria de la América Latina y de Europa”, para que entienda de una vez por qué es usted un intelectual de tan poco alcance espiritual y de una soberbia tan desbordada.

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  33. Una vez más, cuando se queda sin argumentos, no le queda más remedio que acudir a la adjetivación, la ofensa y el panfleto. El que pegó y copió fue Ud. Cite una prueba textual de que yo defiendo el "corporativismo neoliberal", que no es lo mismo que el "mercado global". Probablemente yo haya criticado más el neoliberalismo que Ud., como cualquier lector de este blog o de mis ensayos sobre América Latina, por ejemplo, en Nueva Sociedad de Buenos Aires o Claves de Madrid, puede atestiguar. De hecho, uno de mis primeros ensayos "Neoliberalismo para América Latina, socialismo para Cuba" (1990), en Flacso, Cuba, fue una crítica del naciente neoliberalismo latinoamericano. Pero para no ir más lejos, ponga el término neoliberalismo en el buscador de este blog y comprobará mi idea crítica de ese fenómeno. Por otro lado, llamar a la descolonización del pensamiento latinoamericano no necesariamente es un gesto contra el eurocentrismo. En más de una ocasión, el anticolonialismo y el antimperialismo latinoamericanos desembocaron en una autorización escolástica del campo socialista soviético, como sucedió en Cuba. Un problema al que Navarro no fue ajeno, ya que, por mucho tiempo, sus referentes fueron soviéticos o euro-orientales. Y en cuanto a la "orfandad espiritual", probablemente tenga razón. Eso de la "paternidad" o la "guía espiritual" me suena religioso y yo soy ateo y a mucha honra. Mejor déjeme huérfano.

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  34. Conozco perfectamente las ideas de Navarro sobre sos temas, que como apunto en el post surgieron de su contacto con los estudios postcoloniales en los 90 (Said, Spivak, Chatterjee, Bhaba y otros), pero la revista Criterios fue una publicación fundamentalmente occidental y eso se puede demostrar fácilmente con un estudio de sus índices, que están disponibles. No recuerdo que en esos ensayos Desiderio hablara de mi "soberbia" o de mi poco "alcance espiritual", y tampoco me comentó eso en persona, por e-mail, ni me consta que pensara eso de mí. Ahora, si el que piensa eso de mí es Ud., como ya le he dicho, me tiene sin cuidado. Puede decirlo una y mil veces, puede dedicarle al tema todo un tratado, en vez de perder el tiempo intentando desacreditarme en mi propio blog. Al final, sus juicios sólo reflejarán su pobre opinión de anónimo.

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  35. Rafael Rojas, Ud. mencionó mis comentarios en Cuba Posible, de los que supo que son de mi autoría porque allí firmé con mi nombre y apellido. En algún momento anduve medio confundido y creí, erróneamente, que el "Laboratorio de ideas" era un proyecto serio. Aquí y ahora, en su blog, no firmo mis comentarios con mi nombre, porque además de que me basta con que Ud. sepa mi identidad, no siento el más mínimo respeto por Ud. como intelectual corpóreo, desbordado por sus falsas y estériles seguridades. Y siento, también, mucho menos respeto por usted como ser humano. Me propuse hace un tiempo enfrentar su desfachatez intelectual y humana, y creo que algo he logrado en ese sentido. Ya no necesito más a este respecto. Por favor, no me acredite el monopolio del anonimato como hizo tan rastreramente acusándome de ser un "asignado" del gobierno cubano. Cualquier anónimo que comente en su blog a partir de ahora, tenga la seguridad que no seré yo.

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  36. Qué extraña cruzada la suya! Debe ser una pesadilla tener como misión desacreditar a otro.

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  37. Touché? Pues yo pienso que el anónimo dejó en evidencia algunas cosas interesantes, entre ellas que Fifa no leyó a Desiderio Navarro más allá de sus traducciones.
    Hugo

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