Libros del crepúsculo

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jueves, 29 de abril de 2010

El pie de Stéphane




En varias de las primeras películas de Claude Chabrol, La Femme Infidéle (1968), Les Biches (1968), Le Boucher (1970), hay una escena recurrente. Stéphane Audran, recostada en un sofá, en una tumbona de playa junto a una piscina o reclinada en una butaca, flexiona varias veces el tobillo de uno de sus pies. Se trata, naturalmente, de un acto reflejo que la obsesiva dirección de actores de Chabrol no ha programado, pero que sabe aprovechar a favor de la sensualidad de Audran.
Unas veces la flexión es hacia arriba y hacia abajo, diciendo que sí; otras, de un lado a otro, diciendo que no. Los pies de la Audran, que la cámara de Chabrol venera sin los enfoques directos de Robert Rodríguez con Salma Hayek o Quentin Tarantino con Uma Thurman, son, en esos breves momentos, la clave de la sensualidad. La fría y distante belleza de la actriz se vuelve tangible por obra y gracia de esos movimientos incondicionados.
El espectador sabe que quien mueve ese pie no es el personaje sino la actriz. Ese leve vaivén es un regalo de la mismísima Audran, un guiño íntimo que el espectador nunca olvidará. El pie de Stéphane, como el del niño del poema de Pablo Neruda, que “aún no sabe que es pie y quiere ser mariposa o manzana”, no desea ser el pie de Helene o Frédérique sino el pie de Stéphane y Chabrol no puede ni quiere impedirlo.

4 comentarios:

  1. Es un detalle en el que no habia reparado, aunque siempre hay ese "no se qué" con los personajes femeninos en las películas de Chabrol.
    Son mucho más evidentes los juegos de roles de la propia Audran: esposa, amante, adúltera.
    ¿Y si le preguntamos a Chabrol? Quizás es un fetiche para él, el pie de esta muchacha. Pero perdemos la magia que dejas ver en tu post, el "no se qué", no? :)
    Saludos, gracias.

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  2. Magnífico, Rafa, sólo que no estoy segura de que Chabrol no controlara esos pequeños detalles. Como bien dices, era un director obsesivo con los actores, especialmente con Audran y otras de sus estrellas femeninas.

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  3. Gerardo Fernández Fe3 de mayo de 2010, 16:55

    Hay en el Musée d´Orsay, en París, un curioso cuadrito de Degas que se sale de sus habituales fabulaciones con bailarinas y que se titula El podólogo o Le Pédicure, si mal no recuerdo, en donde, muy levemente, no con el encarnizamiento de un posterior Chabrol, mientras el especialista le toma el pie a una joven mujer, se desliza un toque de sensualidad que vale más que una misa. Es un Eros tamizado con el manto de la ética médica o de lo políticamente correcto, pero a fin de cuentas es un Eros. Y como con las recurrencias de Chabrol, del lado de acá de lienzo somos unos cuantos a quienes se nos encabrita el imaginario.

    Abrazo,

    g.

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  4. fetichismo e historia

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