Libros del crepúsculo

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domingo, 20 de septiembre de 2009

El Marx de Arendt


Cuatro generaciones de marxistas, entre Louis Althusser (1918-1990) y Slavoj Zizek (1949), han tenido dificultades para asimilar la obra de la importante filósofa alemana Hannah Arendt (1906-1975). Son varias las razones de esa resistencia, pero dos de fondo serían que muchos marxistas, especialmente leninistas y estalinistas, despreciaron la metafísica y la fenomenología de los maestros de Arendt –Kierkegaard, Jaspers, Husserl, Heidegger…- y descubrieron demasiado tarde la filosofía política. El propio Althusser, con sus estudios sobre Montesquieu y Maquiavelo, fue un precursor de la filosofía política neomarxista que hoy Zizek y otros han convertido, casi, en una teoría mediática.
Otra razón, menos intrincada, de las malas lecturas de Arendt entre marxistas es la definición de totalitarismo que ella aplicó al fascismo, el nazismo y el comunismo en Los orígenes del totalitarismo (1951) y la importancia que dio al valor de la libertad en La condición humana (1958), sus dos libros fundamentales. Sin embargo, la propia Arendt fue una lectora permanente de Marx y una estudiosa de las revoluciones modernas, como se percibe en otros libros suyos como Entre el pasado y el futuro (1961), Sobre la revolución (1963) y Crisis de la República (1969).
La editorial Paidós, que en los últimos años ha estado rescatando algunos títulos de Arendt –en 2007 editó el extraordinario volumen Responsabilidad y juicio, donde se condensa la vigente filosofía de la memoria de Arendt- reúne ahora todos los textos de esta autora sobre Marx, bajo el título de La promesa de la política. Según cuenta Jerome Kohn en la inteligente Introducción, desde la época de Los orígenes del totalitarismo, Arendt pensó que debía reunir en un volumen su visión de Marx, ya que no le satisfacía la lectura que las derechas e izquierdas extremas de la Guerra Fría estaban haciendo de su libro.
Para unos y otros, Arendt responsabilizaba a Marx del saldo político del comunismo en el siglo XX. Sin embargo, aunque Arendt pensaba que “había elementos totalitarios” en la obra de Marx consideraba a éste un autor fundamental de la gran tradición del pensamiento político, que arrancaba con Platón y Aristóteles en la antigüedad. “En opinión de Arendt, dice Kohn, no podía encontrarse en Marx ninguna justificación de los crímenes que los dictadores bolcheviques, esto es, Lenin y, especialmente, Stalin, cometieron en su nombre”.
Arendt que, como Walter Benjamin, había hecho una lectura entusiasta de la Historia del bolchevismo de Arthur Rosenberg –libro que merecería reedición- pensaba que la gran hazaña de Marx era haber hecho una obra crítica en el “centro de la teoría moderna”, donde las dos categorías fundamentales eran “trabajo” y “poder”. Los textos de Arendt sobre Marx, junto a los de otros pensadores liberales del pasado siglo, como Isaiah Berlin o Francois Furet, nos convencen de que desde hace mucho Marx dejó de ser un demonio para el liberalismo.
Y sin embargo, el liberalismo sigue siendo el demonio de buena parte del marxismo contemporáneo. Por eso muchos neomarxistas prefieren leer a Carl Schmitt, el gran pensador fascista de la política, antes que a Hannah Arendt, la gran pensadora liberal de la condición humana. La crítica del despotismo de Arendt aún suena demasiado rotunda a oídos de ciertas izquierdas: “las tiranías están condenadas al desastre porque destruyen el estar juntos de los hombres: al aislarlos entre sí buscan destruir la pluralidad humana”.

6 comentarios:

  1. Que bien Rafa, me entere de esto gracias a Ferrer. Muy bueno.

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  2. Muy interesante, es cierto que Arendt sigue siendo un misterio para la teoria actual. Feministas incluidas (hay un debate muy interesante, a propos, donde intervino Kristeva). Yo hace un tiempo atras escribi sobre el debate de Arendt y Strauss, a pedido de Ichikawa, para RadiografiaM. No se si estara disponible todavia aquel texto en la red. Yo creo, sincersamente, que uno de los problemas centrales es que Arendt lee un tanto mal a Marx en "La Condicion Humanana", sobre todo su analisis de la nocion lockeana del trabajo. Tambien sus analisis sobre el totalitarismo - segun dice Agamben en Homo Saccer - tambien son muy flojos, no te parece? Es decir, yo creo que mas alla de la marginalizacion de Arendt por la recepcion de la Izquierda, en Arendt hay un disloque teorico (quizas por sus lastres con la Fenomenologia?) con las exigencias de hoy.

    Rafael un verdadero placer y regalo poder leerle ahora por aca.

    un saludo desde University of Florida,

    Gerardo

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  3. Gracias por entrar al blog, Gerardo. Entiendo tu perspectiva, pero a mí, en cambio, me parece que la noción de trabajo que Arendt interpreta en Marx es más creativa que la de muchos marxistas ortodoxos y abre vasos comunicantes con la tradición liberal. Por otra parte, el concepto de totalitarismo de Arendt me sigue pareciendo válido y la crítica de Agamben, quien parte de Schmitt, aunque sugerente en otros aspectos, me resulta poco apegada a la historia política del siglo XX.

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  4. Rafael, quizá parte del problema también se encuentre en la recepción de lo que nosotros - como exiliados de un Totalitarismo de Izquierda - entendemos por "Totalitarismo". Es decir, quizás nos es mas difícil entender las lecturas de Agamben sobre el campo de exterminación o el biopoder de Foucault (a diferencia de las de Arendt), porque sabemos que, si bien hay una dialéctica entre racionalidad instrumental y totalitarismo, nos parece poco creible aceptar que el Fascismo sea solo un nivel más del capitalismo. Es decir, yo estuve hablando de esto con Duanel Díaz, y nos parece extraño - más al el que a mí - que el "paradigma" de lo Moderno, al decir de Agamben, sea Auschwitz.
    En fin, es delicada la cuestión. Gracias por su respuesta.


    Incluyo el enlace de mi texto sobre Arendt y Strauss para los lectores interesados. Por lo visto sigue en la web:

    http://radiografiamundial.com/rmblog/opinion/eichikawa/leo-strauss-hannah-arendt-o-la-filosofia-politica-en-america.html

    Gerardo

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  5. Vamos, no hay que tomar tan en serio a autores como Zizek y Giorgio Agamben. Talentosos son, claro, pero no son la verdad. Bien lo dice Rafael, son mediaticos, teoria mediatica, teoria para los predispuestos y para europeos occidentales post2aGuerra y crecidos en el Estado de Bienestar que se quieren radicalizar sin haber vivido cosas como Auschwitz o Cuba castrista o dictaduras latinoamericanas. Los latinoamericanos tenemos todo para no tomarlos tan en serio. Mientras se tomen para pensar, bien, pero para tomarlos como la verdad...
    Saludos cordiales. Felicidades por el blog.

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  6. Hola, disculpen, lo que pasa es que estoy haciendo un trabajo sobre Hannah Arendt en el que intento hacer un análisis de su obra de manera historiográfica y no sé si es que sabrían de algún texto introductorio a esta filósofa que pudiera ayudarme. Si es que pudieran auxiliarme en esto les dejo mi correo: eorvi_fullton@hotmail.com. De antemano muchas gracias.

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