Libros del crepúsculo

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domingo, 6 de junio de 2010

Memoria moral e historia política

En El País de hoy, Javier Cercas tercia en la polémica entre Almudena Grandes y Joaquín Leguina, a propósito del artículo de éste último, "Enterrar a los muertos", también en El País (24/ 5/ 2010), sobre la memoria de la guerra civil. La posición de Cercas no es, como sabemos, maniquea. Él, como Leguina, admite que se cometieron crímenes en el bando nacionalista y en el republicano, que en uno y otro hubo personas decentes e indecentes, que actuaron de acuerdo a sus creencias o ideologías, aunque estas los llevaran a cometer injusticias, o que utilizaron las creencias y las ideologías para justificar intolerancias, despotismos o ambiciones personales.
Pero Cercas intenta separar la memoria moral de la guerra civil de la historia política de la II República y el franquismo. Aunque hubo crímenes en ambos lados, cuantitativamente no se pueden equiparar los de una breve República de cinco años, que durante otros tres años intenta defenderse, con los de una larga dictadura de cuatro décadas. Tampoco se puede establecer una equivalencia cualitativa entre el autoritarismo de uno y otro rival: la República era un régimen legítimo, que se instauró por vías democráticas, mientras que la dictadura fue un régimen de facto, surgido de un golpe de Estado.
De manera que si desde el punto de vista de la memoria moral –algo similar a lo planteado por Avishai Margalit en The Ethics of Memory (Harvard University Press, 2002) – es recomendable reconocer la legitimidad histórica de los sujetos que se involucraron en uno u otro bando, desde el punto de vista de la historia política no debería haber dudas sobre la naturaleza democrática de la República ni sobre la naturaleza autoritaria del franquismo. El problema es que, como bien sabe Cercas, no es fácil separar memoria moral e historia política. De ahí la dificultad de concertar legislaciones o políticas de la memoria histórica en países que han sufrido guerras civiles o dictaduras de cualquier signo.

11 comentarios:

  1. Si no es fácil separar memoria moral e historia política, es sin embargo más fácil separar los actores de carne y hueso de las abstracciones político-ideológicas.
    Lo que no se puede hacer es comparar la Republica de Weimar con el régimen nazi. De la misma manera, tampoco (dejando de lado las diferencias evidentes de cada caso) no se puede en absoluto comparar la Republica española con el régimen franquista, o la Republica cubana con el regimen castrista. Ni del punto de visto moral, ni de cualquier otro punto, como muy bien lo expresa usted Rafael Rojas.

    Pero lo que si podemos comparar es la situación o la posición moral de los actores de esos años. ¿Los que tomaron posición por uno u otro bando, que hicieron? En la Alemania post-nazi juzgaron a individuos, no a ideólogos o políticos. Los juzgaron jurídicamente y también moralmente. No hubo intento de legislar la memoria histórica (que yo sepa, quizás me equivoque), sino de hacer justicia a individuos precisos. Moralmente, el régimen nazi estaba condenado por la Historia y por todos, es lo que le pasó al régimen franquista y lo que le pasará al régimen castrista.

    El problema es que no se debiera legislar sobre asuntos abstractos como la memoria histórica. En Francia se empezó en 2005 a legislar sobre la colonización y su memoria, también se legisla sobre el genocidio armenio, etc. Todo esto indica que los políticos instrumentalizan cada día más y por razones dudosas la Historia y lo que en principio incumbe a los historiadores. Como si los políticos se auto-otorgaran el derecho de reescribir la Historia. Los historiadores tienen aquí mucho que decir sobre su labor y lo que los políticos hacen de ella.

    En cuanto a la ley española de la memoria histórica, inventada por los legisladores socialistas y socios extremistas de IU por ejemplo, está en sintonía perfecta con la voluntad del castro-chavizado PSOE de manipular la opinión por interés ideólogo-electoral. Miseria de la política…

    Todo esto incita a una guerra de las memorias que conducen a lo que vemos en España hoy en dia. Se intenta sacar a Lorca de su silencio, sacándolo de su sepulcro, y el resultado es una calamitosa vergüenza, una exasperación de las pasiones que como bien sabemos son siempre malas consejeras.
    El problema quizás sea memoria histórica y moral (o moralidad) política.
    Un saludo cordial.

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  2. Ha habido y hay aún -claro está, sobre todo en España- sentimientos encontrados en torno a la república española. Esta, por una parte, es presentada por las izquierdas con el halo romántico de la realización de un sueño secular de los liberales españoles, sobre todo para estigmatizar la dictadura franquista y el falangismo. Por otra parte, los defensores de estos últimos, cubren la república con el velo de la leyenda negra de la maldad comunista.
    Efectivamente, la república española surgió como esfuerzo democrático en oposición a la destronada monarquía de los Borbones y la dictadura de Primo de Rivera, hermano del principal ideólogo del falangismo.
    Franco era un caudillo militar hispano más, completamente desideologizado que aprovechó la coyuntura interna e internacional para alzarse como líder de un falangismo que entendió tan bien como Fidel Castro el marxismo, es decir, a su pura conveniencia. Como cabecilla fascista era de esperar que atacara la república con el terror y la represión más violentos. Por su parte, comunistas y anarquistas aprovecharon la radicalización de la república en su lucha por la supervivencia, así como el giro a la izquierda del movimiento antifascista internacional. Con el apoyo del Comintern estalinista, se beneficiaron del clima extremo de la guerra civil para predominar y terminaron cometiendo tantas atrocidades como los fascistas, ahogando en sangre el carácter democrático de la república.
    Por otra parte, durante la guerra civil, España se convirtió en un campo de experimentación de todas las tendencias enfrentadas en Europa -sobre todo tras el crack del 29- que conformarían el futuro bélico y posbélico. Alemanes, italianos y rusos experimentaron métodos y recursos proselitistas, represivos y armamentistas. Y, el resto de Occidente le dio la espalda a la democracia española, dejándola desvalida entre fascistas y comunistas para observar fríamente cómo se comportaban las fuerzas que chocarían en el futuro inmediato en la conflagración que daría como resultado el nuevo orden mundial de la pax americana. España fue inmolada así en el altar de la historia.

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  3. No quise decir nada sobre el texto de Cercas, porque es un texto absurdo, erratico y mentiroso.
    Estuve esperando la respuesta de Leguina, no tardò mucho. Ya se puede leer, en forma de carta al periodico El Pais. En primer lugar, Leguina responde a la mentira de Cercas de que la derecha española està vinculada todavia al franquismo, como si la derecha democratica española fuera franquista o casi. Esto es una mentira vergonzosa, un ejemplo de la poca honestidad intelectual y de lo absurdo que todavia està metido en ciertas cabezas supuestamente "intelectuales".

    Otro absurdo del texto de Cercas reposa sobre la idea implicita de que la izquierda tiene un ascendente moral sobre la derecha. Es un estereotipo clasico de estas mentes erradas: la izquierda tiene para ellos el monompolio del corazon. Por lo tanto, los crimenes de los izquierdistas durante la guerra civil son para estos iluminados justificables. No es que los crimenes de izquierda sean malos o buenos: se pueden justificar. Y los justifican, sin quizas nunca haber leido a Kant, o haberlo olvidado. Los crimenes cometidos por Santiago Carrilllo son moralmente condenables, pero se justifican, ya que el comunista español asesinaba para defender la democracia. Se olvida Cercas y demas señores que Carrillo es un antidemocrata, que vive en democracia porque no le queda mas remedio: en cuanto pueda elimina esa democracia de un golpe, como lo hicieron todos los ideologos de su bando. La mayoria de la izquierda española durante la guerra civil no asesinaba para defender la democracia, asesinaba para imponer su ideologia, es decir para destruir la democracia e imponer un orden al estilo estalino-comunista, radicalmente antidemocratico, sino preguntenle a los castro-chavistas.

    Ademas, estas implicitas justificaciones que aparecen en este texto de Cercas son espantosas, porque eliminan de un trazo de pluma todo lo que Kant nos enseñò.
    El deber, el imperioso deber de todos los "intelectuales", de toda la inteligencia, es de hablar con claridad sobre ciertas manipulaciones, errores, mentiras o cretinerias que se oyen o se leen por desgracia cada dia màs numerosos.
    Habria tanto que decir sobre este texto de Cercas, que hasta puede servir de estudio para evaluar el nivel de mediocridad que opera en los lugares publicos y mediatizados.

    Un saludo cordial y respetuoso.

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  4. Su juicio, Sito, me parece desproporcionado y saturado de calificativos. Usted está presentando a Javier Cercas como lo que no es: un intelectual autoritario de izquierda. Cercas no dice que la derecha esté vinculada al franquismo sino algunos sectores de la derecha española todavía reclaman el legado franquista, lo cual es una realidad. Como es también una realidad que los sectores más autoritarios de la izquierda española, lejos de desmarcarse del pasado comunista, lo suscriben. No es esa, sin embargo, la posición de Cercas, como puede leerse en sus libros y en muchos de sus artículos en El País Semanal, donde ha criticado abiertamente el régimen cubano y cualquier otra modalidad de la izquierda totalitaria. Más allá de las diferencias de matices, que a veces ocultan el trasfondo intelectual del debate, encuentro más convergencias que divergencias entre Cercas y Leguina.

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  5. No comparto su juicio sobre mi juicio, señor Rojas.
    Hay textos que hay que leer entre las lineas, y sobre todo detenerse sobre el "non-dit", lo no dicho, lo sabe mejor que yo. Es lo no dicho y lo que se esconde que vale la pena leer en el texto de Cercas.

    En primer lugar nunca, jamas, me entrego al ataque ad hominem. Nunca. Lo que Cercas piensa o lo que representa politicamente me es indiferente. Como su religion, suponiendo que tenga una. Por lo tanto no lo enjuicio a él, sino a su escrito. Y es un juicio sin acusacion, y sin condena. Es secillamente una expresion critica, con acentos exasperados, porque me exaspera a veces leer lo que se lee ( a veces me exaspero leyendome a mi mismo).

    Mantengo que la esencia del texto de Cercas es una justificacion de lo injustificable. Como no puede moralmente ni eticamente salvar a los izquierdistas, intenta desesperadamente salvarlos politicamente: es decir justifica a la izquierda porque supuestamente luchaba por la democracia (lo que es falso), y condena en bloque a la derecha porque luchaba contra la democracia (lo que tambien es falso).
    Es este el fondo del asunto.

    Cercas no escribe que "algunos sectores de la derecha española todavía reclaman el legado franquista". Escribe rotundamente que "la derecha española comete un error al no cortar el cordón umbilical con el franquismo". Esto es mentir o errar. Y en un lugar publico tiene graves consecuencias. Es como si se dijera que la derecha francesa tiene vinculos con el petainismo. Hay grupos franceses de extrema-derecha vinculados con el petainismo y grupos españoles de extrema-derecha vinculados con el franquismo. ?No seria màs justo (ya que hablamos de juicio y de justicia) decir esto? Hago observar que justo y bueno no es la misma cosa.

    En consecuencia, por mucho que se revuelque el tema, sobredebatido y rebatido, quedamos siempre en la misma situacion: no hubo buenos ni malos "moralmente", no hubo buenos ni malos "politicamente". Hubo quienes intentaron destruir la Republica, y estuvieron en los dos bandos, en todos los bandos. Es por eso que se promulgò una amnistia y que se puso en marcha un proceso de transicion: para cicatrizar. Hoy textos como estos abren las cocatrices. Los socialistas y sus socios extremistas que viajan regularmente a La Habana, estan destruyendo una estabilidad en España. Esto me exaspera, me duele y lo expreso quizas con alboroto, pero lo digo con claridad.

    Si se quiere una relectura de la Historia que se llame a los historiadores. Son ellos, en ultima instancia, los que pueden ayudarnos a ver claro, y no textos como este de Cercas que turbian la comprension.

    En cuanto al paralelo de Cercas sobre ETA y los GAL, parece una broma...Javier Cercas no parece haber escrito lo que escribe con el reposo y la reflexion necesarios....

    Le envio mis saludos estimado Rojas.

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  6. Yo insisto en que Ud quiere atribuir a Cercas un maniqueísmo que él no posee. Sus escritos de ficción o ensayísticos sobre Rafael Sánchez Mazas, Adolfo Suárez o Santiago Carrillo, por ejemplo, son más que suficientes para constatar que tiene ideas críticas y, a la vez, maduras sobre la izquierda y sobre la derecha. Es injusto que Ud trate de presentarlo como alguien que intenta justificar los crímenes de la izquierda, porque en ningún momento los oculta. La frase del "cordón unbilical con el franquismo", en su contexto, significa que, en efecto, hay una derecha española que no puede desentenderse del legado de Franco. Pero en ningún momento esa frase implica, como Ud asegura, que Cercas repita el tópico de la ultraizquierda de que el PP o la transición misma son continuidades del franquismo. Por último, le comento que los debates sobre la memoria o la historia de un país no son asunto exclusivo de los historiadores profesionales. También los escritores, sobre todo los buenos escritores que como Cercas mezclan con acierto ficción e historia,tienen derecho a intervenir en los mismos.

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  7. Le agradezco su paciencia señor Rojas.

    Pero no veo en absoluto a Cercas como un maniqueo justificando los crimenes de izquierda. Leo el texto de Cercas y compruebo lo que escribe: "...en la nuestra [guerra] no
    hubo un bando moralmente del todo bueno
    y un bando moralmente del todo malo,
    pero sí hubo, como en tantas otras guerras,
    un bando políticamente bueno y un bando
    políticamente malo, un bando que defendió
    la legalidad democrática y un bando
    que la destruyó".

    Esta posicion es maniquea. Lo que no quiere decir que Cercas sea un maniqueo de extrema-izquierda en su vida y en sus escritos. Esa frase, y la que sustenta todo su argumento y fondo es maniquea, y falsa. Es contra esta afirmacion que me opongo, y me opongo con exasperacion.
    En los dos bandos, los hubo que lucharon por y contra la democracia, politicamente. Cercas afirma lo contrario: los de derecha lucharon politicamente contra la democracia, y los de izquierda lucharon politicamente por la democracia. Esto, mantengo que es una posicion falsa.

    Los dos bandos son mutuamente responsables del desastre. Y, precisamente, fue reconociendo esa responsabilidad mutua, moral y politica, que se pudo comenzar la transicion, sin nuevos horrores politicos.

    El texto de Cercas es insidioso, y puede provocar mas daños y perjuicios que otra cosa.

    En cuanto al derecho de los escritores a intervenir en el debate, ya sea con la ficcion o la investigacion historica, me parece util, necesario y vital. Que lo hagan con mas detenimiento, y que escriban con mas reposo, no es mucho pedir.

    Si me permite una pregunta señor Rojas, ?cual es segun usted el trasfondo intelectual del debate?

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  8. Ud. tuerce el argumento de Cercas. Él no está diciendo que, en la guerra civil, la izquierda luchó por la democracia y la derecha en contra de ella sino que quienes estaban con la República -no todos de izquierda, por cierto- defendían un orden legítimo, democrático, y quienes se le opusieron por la vía violenta implantaron un régimen de facto. Esa es una verdad de la historia política, pero la memoria moral, como reconoce el propio Cercas, es mucho más compleja, ya que incluye a autoritarios y demócratas en ambos lados.

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  9. "No es cierto que los dos bandos de la Guerra Civil contribuyeran por igual a destruir la democracia"
    Esto es lo escrito en el texto de Javier Cercas. Y para Cercas es el bando de la izquierda el bueno politicamente.

    “La inmensa mayoría de la derecha
    española renegó de la democracia durante
    la República y, desde luego, durante la guerra…
    Pero es que la izquierda, en gran parte,
    hizo lo mismo, tomando la deriva revolucionaria”. Esto es lo que escribe Leguina, y es contra esto que escribe Cercas. Leguina afirma que los dos bandos, derecha e izquierda comparten la misma responsabilidad en la destruccion de la democracia, Cercas se opone puñeteramente a esto. Cercas afirma que la izquierda fue "buena" politicamente, ya que moralmente no puedo decirlo. Es una construccion retorica e intelectual que tuerce la realidad historica y la retuerce.

    No tuerzo, estimado Rojas, el texto de Cercas. Solo hay que leer como Javier Cercas utiliza el GAL y ETA para su razonamiento. El Estado democratico español no se puede comparar con ETA, de la misma forma que no se puede comparar la Republica española con la dictadura de Franco, claro està, pero si se puede comparar, moralmente y politicamente, a ETA y GAL, si se puede comparar moralmente y politicamente a los de izquierda y de derecha en aquel entonces.

    Hay una responsabilidad compartida por los dos bandos que Cercas se niega a asumir: "No es cierto que los dos bandos de la Guerra Civil contribuyeran por igual a destruir la democracia".
    Pues resulta que la responsabilidad politica, como la moral, si es compartida. Y esto es un hecho historico, como usted lo dice.

    Cercas quiere quitarle la razon politica a la derecha, ya que no puede quitarle la razon moral: "lo único que se le
    debe exigir a la derecha es que en este caso
    distinga entre moral y política, y que, sin
    quitarles necesariamente la razón moral a
    sus antepasados, les quite la razón política."

    Moral y politica separadas, es el "truco" que encuentra Javier Cercas para justificar a la izquierda y echar la responsabilidad de la destruccion de la democracia española a la derecha: la izquierda tenia la razon politica y la derecha no. Esto es un razonamiento sin razon. En los dos bandos los hubo "buenos" y "malos" moralmente, y politicamente, por lo tanto los dos bandos comparten la misma responsabilidad.

    Sigo manteniendo mi postura sobre la lectura que hago del texto de Javier Cercas. No creo torcer nada.

    Esto puede servir para examinar el caso cubano.

    Le pido disculpas estimado Rojas por mi insistencia.

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  10. La separación entre moral y política no es un truco, es una realidad histórica y una necesidad intelectual: desde Maquiavelo hasta Margalit. Actores políticos que en el pasado comulgaron con causas equivocadas o, incluso, genocidas, como el nazismo o el comunismo, lo hicieron desde una identificación positiva con categorías morales como el bien o lo justo. Esa es la distinción que hace Cercas y que no sólo es válida para el bando nacionalista sino también para quienes, desde el republicano, por ejemplo, defendieron el stalinismo. Ud. reduce esa idea compleja a manipulación retórica y, además, confunde todo el tiempo los bandos del pasado -republicanos y nacionalistas-, ideológica y políticamente heterogénos, con la "izquierda" y la "derecha". Como bien saben tanto Cercas como Leguina sólo una minoría de republicanos era comunista y no todos los nacionalistas eran fascistas. Había liberales, por ejemplo, en ambos lados. Creo que Cercas tiene razón: los golpistas destruyeron un régimen legítimo y democrático, la II República y, aún así, muchos de ellos actuaron de buena fe. Moral y política son esferas discernibles en el comportamiento de los sujetos del pasado.

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  11. La distincion que hace Cercas y usted sobre la cuestion moral la comparto, es por eso que hacia referencia a Kant. Ya que es cierto que lo que importa es la intencion. Por lo tanto, no estoy criticando el argumento moral, que me parece conveniente, por ejemplo cuando en el texto Cercas cita la intencion moral del franquista Mena. Moralmente Mena esta en acuerdo con su conciencia, que le dicta luchar con los franquistas. El problema es que se equivoca politicamente.

    Es aqui donde Cercas utiliza este argumento moral para olvidar el error politico que cometen los dos bandos: de izquierdas y de derechas. El termino derecha lo utiliza Cercas, no yo. Yo lo utilizo para la demostracion. Es Javier Cercas quien reduce esa idea compleja y retuerce el argumento moral.

    Cuando digo que los dos bandos, izquierda y derecha, comparten la responsabilidad de la guerra civil y de la destruccion de la democracia española, es sin detallar meticulosamente quienes eran esa "derecha" e "izquierda". En todo caso habria que pedirle a Cercas que lo detallara él mismo.

    Lo que usted no quiere ver es el centro grave de la cuestion: Javier Cercas intenta echar la responsabilidad a la "derecha" (es su propia palabra), aunque solo sea una responsabilidad politica. Esto es un truco, que no responde en absoluto a una reflexion bien llevada, digna de un intelectual.

    "Cercas tiene razón: los golpistas destruyeron un régimen legítimo y democrático, la II República y, aún así, muchos de ellos actuaron de buena fe". En esto estoy en sintonia, y lo estamos todos, es una evidencia. El problema es que el texto de Cercas no dice solamente eso.

    Los españoles no necesitaban estas aperturas de sepulturas, sobre todo efectuadas de tan mala manera, en su forma y contenido.

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