Libros del crepúsculo

Libros del crepúsculo

martes, 21 de septiembre de 2010

Grandeza del XIX

Ya dijimos aquí que en el arte de pensar la literatura no hay en México autor de tanta calidad y constancia como Christopher Domínguez Michael. La peculiaridad de este crítico consiste en que su pensar la literatura no lo ejerce como académico sino como publicista. Domínguez Michael no es un profesor sino un crítico, es decir, alguien que piensa la literatura por medio de la escritura de ensayos, semblanzas y reseñas, a la manera de Sainte-Beuve.
La editorial Sexto Piso y la Universidad del Claustro de Sor Juana acaban de editar El XIX en el XXI (2010), un nuevo libro de Domínguez Michael que reúne textos publicados en revistas y periódicos como La Gaceta del Fondo de Cultura Económica, Vuelta, Letras Libres y el suplemento cultural “El Ángel” del diario Reforma. Algunos de esos ensayos fueron incluidos en un par de libros anteriores –La utopía de la hospitalidad (1993) y Toda suerte de libros paganos (2001)- pero buena parte de los mismos se recoge ahora por vez primera.
Como indica el título, se trata de textos sobre autores del siglo XIX: Chateaubriand, de Maistre, Balzac, Tolstoi, Dostoievsky, Hugo, Marx, Chéjov, Melville, Poe, Huysmans, Daudet, Henry James y, naturalmente, Sainte-Beuve. Como un naturalista, Domínguez Michael clasifica a sus decimonónicos en tres especies: la de los románticos (Chateaubriand o Balzac), la de los reformadores (Hugo o Marx) y la de los decadentes (Huysmans o Daudet).
Con astucia, Domínguez no escribió un prólogo para su libro, en el que seguramente tendría que aventurar alguna hipótesis sobre el legado del siglo XIX en el terrible XX y en este desconocido que todavía es el siglo XXI. Prefirió darle la palabra a Julien Gracq, quien en En lisant, en écrivant (1980), afirma: “durante la larga historia de la creación estética se inserta un periodo al cual no es comparable casi ningún otro, un periodo de un poco menos de un siglo, que se extiende, muy aproximadamente, entre 1800 y 1880”.
Y concluyen Gracq y Domínguez con esta declaración de amor, que suscribo: “mi siglo, en el pasado, es el XIX, comenzando con Chateaubriand y prolongado hasta Proust, que viene a culminarlo un poco más allá de sus fronteras históricas, tal como Wagner apareció para acabar con el romanticismo off limits. El siglo XIX es de naturaleza pítica y profética, alcanza profundidades adivinatorias de las que el XVIII no tenía ni la más remota idea, porque aquel siglo iluminaba todo y no adivinaba nada”.

2 comentarios:

  1. Hay que ponerse a leer "Contra Sainte-Beuve" de un tal Marcel Proust.
    Ahí se entiende muy bien que si hubo una grandeza del siglo XIX, muy poca, hubo sobre todo mucha miseria y bajeza.

    ¿Y donde está Mallarmé, Rimbaud o Lautréamont? por poner algunos ejemplos de esa grandeza del XIX.

    En cuanto al "terrible siglo XX", es sin duda ninguna el siglo de la grandeza inconmensurable. Un siglo que tuvo que luchar -y vencer- contra los más grandes peligros que la humanidad jamás había enfrentado: el comunismo y su derivado el fascismo.
    El siglo XX si fue un siglo de grandeza, que todos intentaron destruir, y todavía intentan la destrucción de su memoria, esa de la modernidad que tantos dolores de cabeza les ha dado a los polvorientos y asmáticos.
    Los tisiólogos del siglo XIX no desarman, hay que enterrar esa grandeza del siglo XX bajo la acusación de totalitarismo y de Apocalipsis. Justamente, el siglo XX quería ser todo lo contrario, fueron los tisiólogos del siglo XIX quienes se encarnizaron sobre él.
    “Mi combate”, en alemán “Mein Kampf”, de un caporal nacido en el siglo XIX, empieza por estas palabras: “Una feliz predestinación me ha hecho nacer". Lo había hecho nacer para destruir todo lo que estaba comenzando a crear el siglo XX, para exterminar hombres y obras que el siglo XX con inmensa grandeza estaba originando.

    Picasso también nació en el siglo XIX, a pocos años de aquel caporal alemán, los dos no heredaron de lo mismo, al parecer.

    Escríbanos un post sobre la grandeza y la miseria del siglo XIX y otro sobre la grandeza del siglo XX, estimado Rafael Rojas.

    Nota: El siglo XIX, en efecto, no heredó nada del siglo XVIII, o casi nada, fue eso también la causa de su bajeza. Lean Casanova y comprenderán lo que aniquiló ese siglo de las paredes oscuras.

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  2. El anonimo es jose luis sito
    Un saludo.

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