Libros del crepúsculo

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sábado, 22 de mayo de 2010

Un testigo cubano de la guerra civil española

El 17 de julio de 1936, cuando el levantamiento de las tropas de Melilla da inicio a la guerra civil española, el Primer Secretario de la Embajada de Cuba ante la Segunda República Española era el crítico e historiador cubano José María Chacón y Calvo. El titular de aquella embajada era Manuel Serafín Pichardo, quien había sustituido a Mario García Kohly, tras la muerte de éste, en 1935, luego de más de veinte años al frente de los intereses cubanos en Madrid.
Durante el segundo semestre del 36, Chacón y Calvo llevó un diario, donde narraba el arranque de la guerra, que acaba de ser publicado por la editorial Verbum, de Madrid, que dirige Pío Serrano, bajo el título de Diario íntimo de la Revolución Española (2010). La edición, introducción, apéndices y notas han corrido a cargo del escritor y traductor cubano, exiliado en Barcelona, Jorge Ferrer. Gracias al espléndido trabajo editorial de Ferrer conocemos la identidad de las múltiples personas que refiere Chacón y Calvo en su diario y su correspondencia.
Es estimulante reconstruir la compleja mirada de Chacón y Calvo, ya que la misma deshace buena parte de las visiones maniqueas que sobre aquel conflicto todavía se difunden en la historiografía y la prensa. Las mayores simpatías literarias de Chacón y Calvo estaban con la República: conocía y admiraba a Federico García Lorca y a Rafael Alberti, se carteaba con Gregorio Marañón y Ramón Menéndez Pidal y era amigo de Lino Novás Calvo, Pablo de la Torriente Brau, Rafael Suárez Solís y otros cubano-españoles involucrados en el bando republicano de aquel conflicto.
Pero como el católico que era, Chacón y Calvo rechazada las tendencias comunistas que intentaban rebasar, por la izquierda, al gobierno republicano. El 22 de julio, por ejemplo, anota haberse percatado del “extraordinario volumen” del levantamiento –“estamos ante un movimiento de categoría histórica”- y lamenta que, mientras la amenaza nacionalista crece, los republicanos toleren la radicalización comunista del proyecto republicano: “ateneos libertarios, incautación de círculos sociales, iglesias ocupadas… Todo demasiado rojo”.
Hay en este diario semblanzas de los grandes líderes de la República, Manuel Azaña, Indalecio Prieto, Fernando de los Ríos o Francisco Largo Caballero, que eluden las tan frecuentes aproximaciones sectarias, de ayer y hoy, al campo plural de la política republicana. Ahora que el sectarismo histórico parece ganar terreno, en España y en Cuba, es saludable releer estas notas de Chacón y Calvo como un recordatorio de que una guerra civil es, sólo en apariencia, un conflicto binario que moviliza la imaginación maniquea.

1 comentario:

  1. “…en España y en Cuba, es saludable releer estas notas de Chacón y Calvo como un recordatorio de que una guerra civil”

    Si, si, si…ya va apareciendo…aparece como en la niebla y en la noche, pero aparece. Aparece como desvanecido, un pensamiento reprimido, involuntario…pero aparece.
    L’impensé, lo impensado de la Historia cubana: la guerra civil.

    Que momento tan fuera de lo ordinario, tan extra-ordinario, como esta frase de un historiador cubano. Una frase lapsus podríamos decir, una frase que se le escapa, que escapa a la subida desordenada de contenidos silenciosos, silenciosos porque silenciados en lo no-pensado, pero aun así, escapándosele, se manifiesta.
    De repente, una existencia muda se pone a hablar, aparece al conocimiento lo que secretamente discurría en las profundidades, se anima y aparece en la superficie un movimiento antes paralizado, coagulado.

    Es curioso, dos objetos se mueven en dirección contraria y terminan cruzándose: la guerra civil española versus revolución, cruza la revolución cubana versus guerra civil.

    ¿Y si la “revolución cubana” fuera una banal guerra civil? Pero este desplazamiento es impensable para el orgullo nacional, hay que dejar enraizado, inmóvil, inerte, todo un aparato mítico y místico, fundación imaginaria tan útil para las construcciones del imaginario colectivo.

    Revolución-guerra civil, es esta la parte oscura, impensada, de la mitología cubana.
    Pero inevitablemente aparece, aunque reprimida, involuntaria, pero aparece, cada vez más evidente y visible. Cuando la evidencia se instale, entonces desaparecerá la dictadura cubana.
    Cómo les gustaría a los españoles tener una revolución…española. Que emoción, que placer, que gusto, que alegría, ¡que conmoción! ¡La revolución española! ¡Los revolucionarios españoles! A Santiago Carrillo se le están cayendo las lágrimas…

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