Libros del crepúsculo

Libros del crepúsculo

domingo, 14 de marzo de 2010

Tu historia sin ti


La película I’m Not There (2007) de Todd Haynes sobre la vida de Bob Dylan utiliza un recurso narrativo que muchos biógrafos y novelistas han utilizado en los últimos siglos. Seis actores, con nombres diferentes al de Dylan, representan diversas facetas de la vida del músico. Cate Blanchet, por ejemplo, interpreta al Dylan libérrimo y fanfarrón de los 60, el del documental Don’t Look Back, que espanta las buenas conciencias británicas. Heath Ledger, en cambio, interpreta al Dylan aburguesado de los 70, con casa en los suburbios y fracturas familiares.
El film produce un juego de presencias y ausencias muy curioso, en el que Dylan está y no está o, más bien, está, pero siempre incompleto. Son demasiados los elementos que informan al espectador que se trata, en efecto, de la vida de Bob Dylan. Sólo que el relato biográfico es lo suficientemente elusivo como para que la trama sea, de algún modo, la historia de Dylan sin Dylan, su historia sin él.
En la literatura y en la biografía se ha utilizado el mismo recurso. Pienso, por ejemplo, en los intentos de biografías fragmentarias que aparecen en Momentos estelares de la humanidad de Stefan Zweig o en las biografías anónimas, desidentificadas, de Marcel Schwob en Vidas imaginarias. Hay un protagonismo rebajado en esos textos, una reducción del héroe a un pasaje o una anécdota, que despoja la historia de su personaje central.
Otra variable posible del mismo desalojo, sería la recreación ficticia de un momento de la vida de algún personaje célebre. El general en su laberinto de Gabriel García Márquez, por ejemplo, o El alma de Napoleón de León Bloy, un tratado teológico sobre el bonapartismo, centrado en los últimos días del emperador en Santa Helena. Aunque más evanescente, La muerte en Venecia de Thomas Mann, donde el protagonista no se llama Gustav Mahler o Thomas Mann sino Gustav von Aschenbach. Los libros de García Márquez, Bloy y Mann son biografías sin biografiados.
Más cerca, por ejemplo, de la técnica de Haynes -o de Zweig- estaría el maravilloso relato Los últimos días de Emmanuel Kant de Thomas De Quincey. El Kant que aparece ahí, retratado por el clérigo Wasianski es, en buena medida, un antiKant: bebedor de café, mundano, dado a la conversación ligera y a la elusión de toda controversia intelectual. Un Kant ligeramente parecido al Nietzsche del popularísimo libro de Irvin D. Yalom, también llevado al cine, pero muy lejos del magisterio de De Quincey o Haynes.

2 comentarios:

  1. Que maravilla este blog. Esto es de lo mejor que se publica en el ambiente ¿"cubano"? Gracias por eso.

    Julieta, desde Miramar.

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  2. Rafael: Nos presentaron hace unos años en Nueva York, en casa de Marilu. Quisiera enviarte un libro que acabo de publicar a tu dirección postal. Por favor, respóndeme a este e-mail: ballagasmanny52@aol.com

    Saludos y gracias

    Manuel Ballagas

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